En el vestíbulo del instituto el alumnado de Revista ha expuesto una serie de imágenes célebres e icónicas, la mayoría de ellas galadornadas con el Premio Pulitzer de Fotografía o que han aparecido en publicaciones como el National Geographic. Todas ellas pretenden que reflexionemos sobre los Derechos Humanos, las Injusticias sociales y, en general, sobre la Paz.
A continuación os especificamos cuáles han sido las fotografías seleccionadas y una breve reseña sobre ellas:
“I have a dream”
El discurso más famoso de Martin Luther King, pronunciado ante miles de personas en el Capitolio de Estados Unidos fue fotografiado por Ernest Withers en el verano de 1963, en la histórica marcha sobre Washington, que congregó a 250.000 manifestantes al pie del Lincoln Memorial. Fue el más célebre y conmovedor de sus discursos, conocido por la fórmula que encabezaba la visión de un mundo justo: I have a dream (Tengo un sueño). Se trata de un bellísimo canto en favor de la paz y la igualdad entre los seres humanos. Fundamentalmente, reivindicaba la lucha para que los ciudadanos de raza negra alcanzaran la plenitud de derechos.
“Los Refugiados de Kosovo”
Carol Guzy fue la primera mujer en recibir un Premio Pulitzer “spot news photography”. Lo logró en el año 2000 por sus conmovedoras fotografías de los refugiados de Kosovo.
La imagen retrata a Agim Shala, un niño de dos años de edad, quien fue pasado por encima de una valla hecha con alambre de púas, a sus familiares. Miles de refugiados de Kosovo se reunieron y acamparon en Kukes, Albania.
“Flower Power”
La fotografía de Bernie Boston fue la mayor expresión del movimiento hippie que nació en California en 1966 para protestar en contra de la Guerra de Vietnam.
El 21 de octubre de 1967 este movimiento organizó una marcha en Washington hacia el Pentágono, donde les fue impedido el paso por un contingente de 2500 soldados armados de la Guardia Nacional. Como no les dejaron pasar, los manifestantes decidieron a manera de acto simbólico colocar una flor en los cañones de los fusiles de los soldados.
La imagen muestra a un anónimo joven colocando flores en los cañones de los fusiles. Luego se supo que aquel muchacho se llamaba George Harris, un joven neoyorkino de 18 años que se encontraba de paso hacía San Francisco, y que voluntariamente se unió a la marcha. Con el tiempo Harris fundaría en California una extravagante compañía de teatro gay.
“El beso”
En agosto de 1945, en Times Square, al Final de la Segunda Guerra Mundial la multitud se echa a las calles para celebrarlo y Alfred Eisenstaedt toma la fotografía de un marinero besando a una enfermera por sorpresa. El resultado fue una de las fotografías que ya forman parte de nuestro imaginario colectivo.
A finales de la Segunda Guerra Mundial, Alfred Eisenstaedt capturó este momento entre un soldado americano y una enfermera en Times Square, Nueva York, en Estados Unidos.
Esta fotografía, publicada en la revista Life, se tomó el día de la capitulación japonesa el 14 de agosto de 1945, cuando las tropas aliadas vencieron a Japón. Finalmente, Greta Friedman fue reconocida como la mujer protagonista de esta famosa instantánea.
“El buitre y la niña”
Tomada en 1993 en Sudán, la fotografía de una niña desnutrida acechada por un buitre encogió los corazones del mundo. En la muñeca de la pequeña se observa la pulsera de la ONU.
Esta fotografía no solo es una de las más duras de los últimos tiempos, también una de las más criticadas, incluso después de haber ganado un Pulitzer. La gente no entendió que Carter, el fotógrafo, capturase el momento y dejase después a la niña allí. Dos meses después de recoger el premio, Carter se suicidaría tras una larga depresión que le perseguía desde antes de retratar esta escena.
Y aunque la niña de la fotografía, Kong Nyong, no murió de hambre en ese momento, si lo hizo por altas fiebres en el 2007.
“Sharbat Gula”
Capturada en junio de 1984, esta foto se convirtió en la portada de la famosa revista National Geographic. El mundo entero descubrió así a Sharbat Gula, una joven de 12 años refugiada en Pakistán. Su rostro fue usado para retratar la situación que enfrentaban refugiados afganos, debido a la guerra de la Unión Soviética. Su penetrante mirada dio la vuelta al mundo. Hace poco encontraron a la joven que hizo famoso a Steve McCurry y le hicieron otra fotografía similar a aquella tan popular.
“Caída del muro de Berlín”
La construcción del Muro de Berlín y, especialmente su caída, han formado parte de los momentos más importantes de la historia del siglo XX. Este muro dividió Berlín en dos partes durante 28 años, separando a familias y amigos. El muro que separaba la República Federal Alemana de la República Democrática Alemana cayó el 9 de noviembre de 1989, de la mano de miles de ciudadanos.
“El hombre del tanque”
La fotografía de Jeff Widener, tomada en 1989 en Tiananmen en la República Popular de China, es el símbolo de la rebelión de un estudiante frente a la represión china del ejército.
Esta fotografía se tomó durante una manifestación que buscaba reclamar más libertad y menos corrupción. Frente a los manifestantes cada vez más numerosos, el gobierno chino envió a su ejército. Un hombre anónimo se plantó frente a una línea de tanques durante una revuelta. No murió aplastado, según los testigos, porque los tanques lo esquivaron, pero unos soldados lo capturaron y nunca más se supo nada de él.
“El beso de la vida”
Rocco Morabito fue el ganador del premio Pulitzer en 1968 por su fotografía “El beso de la vida” en el que se muestra a un trabajador intentando reanimar a su compañero tras haber tocado un cable de alta tensión. También se habló de que esta fotografía parecía haber sido preparada, pero se supo después que no era así y que J.D Thompson consiguió, gracias a la reanimación, salvar a su compañero Randall G. Champion.
La imagen es mundialmente conocida con el nombre de «El beso de la vida». En 1968, fue laureada con el importante Premio Pulitzer y supuso el reconocimiento a un fotógrafo que dedicó su carrera al periodismo de calle. Durante años, la imagen sirvió de ejemplo en los cursos de compañías eléctricas, e, incluso, de la Cruz Roja. Para Rocco Morabito, lo único importante era lo que en sí mismo transmitía: «Alguien ayudando a alguien».
“We can do it”
We Can Do It! (‘¡Podemos hacerlo!’) es un cartel de propaganda estadounidense de la Segunda Guerra Mundial, creado por J. Howard Miller en 1943 para Westinghouse Electric, como una imagen inspiradora para levantar la moral de las trabajadoras. Se piensa generalmente que el cartel está basado en una fotografía en blanco y negro tomada a una trabajadora de una fábrica de Michigan llamada Naomi Parker Fraley.
El cartel fue visto muy poco durante la Segunda Guerra Mundial, pero fue redescubierto a comienzos de la década de 1980 y ampliamente reproducido en muchas formas y en donde se representa la figura emblemática de una fuerte trabajadora de la producción en el periodo de la guerra. Esta imagen «We Can Do It!» fue utilizada para promover el feminismo. Asimismo, la imagen fue portada de la revista Smithsonian en 1994 y también se convirtió en un sello postal de primera clase de Estados Unidos en 1999. Además, fue incorporada a partir del año 2008 en materiales de campaña de varios políticos estadounidenses, y también fue reelaborada por un artista en el año 2010 para celebrar a la primera mujer en convertirse en Primera ministra de Australia.
“Clara Campoamor”
Gracias a Clara Campoamor, España fue en 1931 uno de los primeros países de Europa que concedió el voto a la mujer.
Fue la segunda mujer en ejercer la abogacía en Madrid. Era 1925 y España vivía en plena efervescencia política. Clara decidió participar activamente en los procesos de cambio que parecían imprescindibles para modernizar el país y, en concreto, luchar por los derechos de las mujeres. Tras la proclamación de la República en 1931, se presentó a las elecciones por el Partido Radical y obtuvo un escaño. Solo otra mujer estaba presente en aquellas Cortes: Victoria Kent. La situación era tan absurda que habían podido legalmente ser elegidas, pero no habían podido votar, pues la ley se lo impedía. Enseguida surgió el debate sobre el sufragio femenino, activo por entonces en todo el mundo occidental. Gracias a la propuesta de Clara Campoamor, el sufragio femenino fue reconocido en la Constitución de 1931.