Los errores ortográficos existen desde tiempos inmemoriales. Para el profesorado es el caballo de batalla de la docencia.
En El Ejido, la falta más común es la de no poner en las placas la tilde a palabras que sí deberían llevarla, especialmente a las mayúsculas.
La mayoría de las calles y señales turísticas aparecen en mayúscula, estando en demasiadas ocasiones sin su tilde correspondiente.
Según recoge la Fundación del Español Urgente (Fundéu), “la práctica de no tildar las mayúsculas empezó a hacerse común en la época de la composición manual en las imprentas, por los problemas de tipo técnico que generaba y también cuando se utilizaban las máquinas de escribir, por problemas de tipo estético.”
Sin embargo, las mayúsculas se acentúan siempre que la palabra lo requiera siguiendo las reglas generales de acentuación, con excepción de las siglas.
En torno al uso de la tilde en las mayúsculas se construyó el falso mito de que fue la misma RAE (Real Academia Española) durante los años 50 la que permitió que durante un tiempo las mayúsculas no llevaran tilde. Algo que la misma RAE desmintió y que hoy sabemos que es una leyenda urbana.
Haciendo una ruta ortográfica por nuestro municipio, encontramos errores en letreros de entidades públicas como el Ayuntamiento, el Auditorio, el IMD o los Juzgados, por ejemplo. También, los hallamos en algunas señalizaciones de la DGT, el callejero y los negocios locales de toda índole.
El objetivo de esta exposición es “poner el acento” en este problema y exigir cuidado y respeto hacia nuestra lengua.
Tilde en las mayúsculas según la RAE
Siguen siendo sorprendentemente muchos los hispanohablantes que se dirigen al servicio de consultas de la RAE solicitando respuesta a esta pregunta, aunque las normas ortográficas nunca han variado en este punto.
La letra base de la escritura ordinaria es la minúscula, pero hay cierto tipo de palabras, como los nombres propios, o de situaciones, como a comienzo de texto o después de punto, en que es obligatorio el uso de mayúsculas. Además, es habitual escribir enteramente en mayúsculas las palabras que conforman cierto tipo de mensajes, como los que aparecen en carteles de aviso o paneles informativos, los eslóganes publicitarios o los títulos de libros, entre otros.
Teniendo en cuenta que la finalidad de las reglas de acentuación gráfica es señalar inequívocamente cuál es la sílaba tónica de la palabra —esto es, dónde recae su acento prosódico—, se entenderá que no haya motivos para dejar de aplicar dichas reglas cuando se utilizan las mayúsculas. La pregunta no debería ser si hay que escribir con tilde las mayúsculas, sino qué razones podría haber para no hacerlo.
La idea de que las mayúsculas se escriben sin tilde, o que no es necesario tildarlas, ha estado bastante extendida entre los hablantes; incluso hay quien asegura habérsela oído a algún maestro durante su etapa escolar. Seguramente en la extensión de esa idea influyera el hecho de que las antiguas máquinas de escribir mecánicas no permitían situar limpiamente la tilde sobre las mayúsculas, de modo que el acento gráfico hería el cuerpo de la letra, ensuciando el texto. Ante ese efecto antiestético, en los textos escritos a máquina creció la práctica de prescindir de la tilde en las mayúsculas.
Curiosamente, ese trato excepcional a las mayúsculas se hacía extensivo de forma injustificada a las trazadas a mano, donde el inconveniente mecanográfico no existía, llegando a convertirse en lugar común afirmar que no hacía falta tildar esas letras en ningún caso. No obstante, como puede comprobarse revisando publicaciones antiguas, esa pauta no se aplicaba como norma en los textos impresos, pues las imprentas contaron siempre con tipos diferentes para mayúsculas con tilde y sin ella.
El uso de modernos sistemas de composición y edición de textos permite, desde hace décadas, escribir con entera comodidad la tilde sobre las mayúsculas, de manera que carece de toda justificación hoy no aplicar las reglas de acentuación gráfica a las palabras así escritas en cualquier soporte o circunstancia. La ortografía académica nunca dio carta blanca para ello.