El pasado viernes 14 de abril, más de un centenar de alumnos y alumnas de 3º de la ESO han tenido la oportunidad de recorrer la parte norte de la “Ruta del Agua”, un sendero deportivo periurbano de patrimonio, creado a iniciativa del Ayuntamiento de El Ejido, y que trata de poner en valor los monumentos relacionados con el agua que se encuentran en el municipio como aljibes, eras, canteras, ramblas y también poner en valor algunos de los monumentos más emblemáticos de la antigua ciudad de Murgi, como son el yacimiento de Ciavieja y el Daymún. Esta actividad ha sido organizada por el departamento de Geografía e Historia, como parte de las que está desarrollando dentro del programa “Vivir y sentir el Patrimonio” de la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Junta de Andalucía.
Guiados por Ramón Alférez, técnico de cultural municipal, la ruta comenzó desde las misma puerta del centro para dirigirse hasta el Aljibe Matillas, donde el alumnado pudo conocer la historia de los aljibes de nuestra localidad, que se remontan a la Edad Media, cuando el ganado realizaba la trashumancia desde Sierra Nevada hasta el poniente almeriense. Luego visitaron el depósito del El Ejido norte, el cual tiene una capacidad de casi 1.500.000 millones de litros de agua. Posteriormente, se acercaron hasta uno de los elementos patrimoniales más emblemáticos de nuestra historia local, el Daymún. Un mausoleo familiar tardo romano, de los cuales solo se conservan dos en toda la península ibérica. Desde allí enfilaron rumbo hasta la plaza de La Era, donde conocieron igualmente, el porqué nuestro instituto se llama Fuente Nueva al tomar el nombre de una conducción de agua que proviene de Dalías.
Tras una parada para reponer fuerzas, siguieron caminando hasta el Aljibe Pastor, que fuera el primer lugar de encuentro de las familias murgitanas donde celebraban sus primeras verbenas. Igualmente, pudieron aprender que en ese entorno ya se localizaba la ciudad romana de Murgi, cuyo elemento más destacado es el yacimiento de Ciavieja. Del mismo destacaban sus grandes villas y edificios públicos, sin olvidar las termas y sus cloacas, primera construcción destinada a tratar las aguas sucias de la población. Se iniciaba de este modo el camino de regreso a nuestro instituto, previa parada en los restos de un acueducto que también tiene su origen romano, para terminar junto a la rambla de los Aljibillos, por donde hasta hace unos cientos de años discurría un río con caudal continuo todo el año que desembocaba en la Balsa del Sapo de la pedanía de Las Norias. Sin duda, fue un jornada que aunó deporte y el conocimiento de la riqueza histórica de nuestro entorno más cercano y que muchas veces pasa desapercibida.